Construyendo el futuro europeo de la confianza digital y la soberanía del dato

  • Europa está entrando en una nueva fase de transformación digital en la que la confianza —y no solo la digitalización— se convierte en el indicador central del éxito.
  • La UE está pasando de la fase de diseño normativo y político a la del despliegue real, con monederos de identidad, espacios de datos y tecnologías de preservación de la privacidad entrando ahora en fases operativas de prueba.
  • La soberanía digital está emergiendo como una prioridad estratégica, respaldada por grandes inversiones públicas, marcos regulatorios como eIDAS 2.0 y la Ley de Datos (Data Act), así como por una infraestructura tecnológica en pleno crecimiento.
  • La ciudadanía exige cada vez más control sobre el uso de sus datos —con una creciente preocupación por la privacidad en todo el bloque— impulsando iniciativas que favorecen identidades digitales centradas en el usuario, gestión del consentimiento y minimización de datos.
  • Proyectos en Europa, con TrustED como ejemplo, están demostrando cómo la identidad autosoberana, los estándares de interoperabilidad y el intercambio de datos basado en PET pueden funcionar en entornos reales.
  • La visión de la UE va más allá de los sistemas de autenticación y apunta hacia un ecosistema digital federado y seguro para la privacidad, donde servicios públicos, industria e investigación colaboran sin tener que centralizar datos.
  • Los próximos años pondrán a prueba si la arquitectura que está construyéndose —monederos, espacios de datos, marcos de nube soberana— puede ofrecer un entorno digital donde privacidad e innovación se refuercen mutuamente en lugar de competir.

(NOTICIAS) BRUSELAS / ESTRASBURGO / LUXEMBURGO / BERLÍN / PARÍS / ROMA / MADRID, 29 de noviembre de 2025 — /EuropaWire/ — Mientras Europa acelera la digitalización de todo —desde sistemas fiscales hasta historiales clínicos— avanza en paralelo otra carrera igual de crucial: garantizar que las personas dueñas de los datos que alimentan esta transformación mantengan el control sobre ellos. Crecientes preocupaciones en materia de privacidad, una nueva oleada de regulación europea y un ecosistema cada vez mayor de proyectos y pilotos convergen en una sola cuestión: ¿podrá Europa construir un futuro digital donde la confianza, y no solo la tecnología, sea el elemento determinante?

Las últimas iniciativas de la Unión Europea —desde el marco de Identidad Digital Europea (EUDI) hasta los espacios de datos comunes y los pilotos a gran escala— sugieren que la próxima etapa de la “Década Digital” se medirá menos por el número de servicios disponibles en línea y más por el grado de seguridad percibida por las personas usuarias.

Una ciudadanía más inquieta, una UE más ambiciosa

El sentir social es un motor decisivo. El European Privacy Market Research 2024 de KPMG (PDF) indica que el 59% de las personas encuestadas en Europa se preocupan más por su privacidad que hace cinco años, con una mayor conciencia sobre filtraciones de datos y prácticas de seguimiento en casi todos los segmentos demográficos.

Las autoridades han respondido con regulación, pero también con financiación. Según un informe de 2024 (PDF) del Servicio de Investigación del Parlamento Europeo, más de 53.000 millones de euros del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (más de un tercio del gasto digital total) están destinados a la digitalización de la administración pública y los servicios de e-government. El mensaje es claro: los servicios públicos digitales son ya infraestructura crítica.

Pero los servicios digitales no pueden funcionar sin confianza. El mismo informe parlamentario advierte que el éxito de la digitalización depende de identidades sólidas, infraestructuras seguras y de la confianza ciudadana en que el uso de sus datos no derivará en abusos. Aquí es donde encaja la arquitectura emergente de identidad digital, espacios de datos y tecnologías de mejora de la privacidad de la UE.

La nueva columna vertebral de identidad: Monederos EUDI y eIDAS 2.0

En el corazón del proyecto europeo de confianza digital se encuentra el nuevo marco de Identidad Digital Europea. El Reglamento (UE) 2024/1183 —en vigor desde mayo de 2024— actualiza eIDAS y exige que cada Estado miembro ofrezca al menos un Monedero de Identidad Digital Europea (EUDI Wallet) dentro de los 24 meses posteriores a la adopción de los actos de implementación clave.

Estos monederos son aplicaciones móviles que permiten a personas y empresas demostrar su identidad y compartir atributos verificados —edad, titulaciones, licencias profesionales, etc.— en cualquier país de la UE. Según los plazos del Reglamento, los monederos nacionales deberán estar disponibles hacia finales de 2026 y los servicios privados —banca, transporte, telecomunicaciones y grandes plataformas en línea— deberán aceptarlos antes de finales de 2027.

Un número creciente de pilotos y alianzas empresariales se está articulando en torno a este modelo. En Alemania, y según DIE WELT, más de 75 empresas han firmado un memorando de entendimiento con el Ministerio Digital Federal y la asociación Bitkom para acelerar la adopción del monedero EUDI y adaptar procesos empresariales a medida que madura la infraestructura.

Todo esto representa un cambio profundo en la concepción de la identidad: de un mosaico nacional fragmentado a un sistema paneuropeo basado en monederos —interoperable por diseño, centrado en la persona usuaria y respetuoso con la privacidad.

Del acceso a los datos a los espacios de datos

La identidad es solo una cara de la moneda. La otra son los datos: dónde residen, cómo circulan y quién se beneficia de ellos.

La Estrategia Europea de Datos —publicada en 2020 y materializada ahora mediante normativas como el Data Act (en vigor desde enero de 2024 y aplicable desde septiembre de 2025)— persigue posicionar a Europa como líder en economía del dato, facilitando la reutilización de datos industriales y del sector público sin comprometer derechos ni competencia.

La herramienta central son los Espacios Europeos de Datos Comunes: ecosistemas sectoriales en ámbitos como salud, movilidad, finanzas, manufactura o patrimonio cultural, donde múltiples actores comparten datos bajo reglas técnicas y de gobernanza comunes.

Para ello, la Comisión ha financiado el Data Spaces Support Centre (DSSC), responsable de arquitecturas de referencia, estándares y herramientas para asegurar la interoperabilidad y soberanía —es decir, que quienes generan los datos mantengan el control sobre su uso.

A nivel industrial, la Data Spaces Business Alliance (DSBA) —que incluye BDVA, FIWARE, Gaia-X e IDSA— trabaja para alinear procedimientos y evitar la fragmentación.

Este modelo ya se despliega con ejemplos reales: el espacio de datos de patrimonio cultural lleva varios años conectando museos, archivos y plataformas con estándares comunes para metadatos, derechos y acceso.

Gaia-X y la infraestructura cloud soberana

Una parte clave de esta visión es la infraestructura cloud soberana. Gaia-X, lanzada en 2019 por Alemania y Francia y hoy convertida en iniciativa europea más amplia, pretende construir una infraestructura federada y segura que permita compartir datos manteniendo el control sobre acceso y uso.

No es un cloud único: define normas, etiquetas y gobernanza que pueden aplicarse sobre diferentes proveedores, facilitando mover y combinar datos cumpliendo requisitos europeos de transparencia, privacidad y competencia. La iniciativa se presenta como respuesta a la dependencia de grandes proveedores no europeos.

En la práctica, Gaia-X y los espacios de datos están generando las “autovías” por las que circularán los ecosistemas digitales confiables.

TrustED: un caso práctico de materialización de la confianza digital

En este contexto, TrustED ofrece un ejemplo real de cómo Europa está convirtiendo principios de soberanía de datos y privacidad en tecnología operativa y experiencias de uso.

TrustED —“Enabling Trustworthy European Data Spaces through Self-Sovereign Identity and Privacy-Preserving Technologies”— es un proyecto Horizonte Europa liderado por el centro tecnológico español Gradiant. Su objetivo es combinar identidad autosoberana (SSI), tecnologías de mejora de la privacidad y arquitecturas de espacios de datos para crear herramientas centradas en la ciudadanía para la identidad digital y el intercambio seguro de datos.

En noviembre de 2025, el consorcio anunció el inicio de la fase piloto tras una reunión de dos días en Roma. Según la nota publicada en EuropaWire, representantes de diez organizaciones de España, Italia, Portugal, Alemania y Turquía se reunieron para coordinar hitos técnicos, marcos de interoperabilidad y planes de evaluación.

Los pilotos evaluarán cómo la SSI y los espacios de datos confiables pueden facilitar el intercambio seguro de información en escenarios reales, analizando gestión del consentimiento, interoperabilidad entre sistemas de identidad, uso de PETs y mecanismos de auditoría para transparencia y rendición de cuentas.

Una cobertura posterior de EuropaWire calificó el evento de Roma como “un punto de inflexión en la identidad digital europea”, destacando que TrustED está pasando del diseño a pilotos en producción “con personas reales, datos reales y gobernanza real”.

En términos técnicos, TrustED desarrolla una capa descentralizada compatible con monederos EUDI e integra pruebas de conocimiento cero y cifrado homomórfico para acreditar atributos sin revelar datos personales. Asimismo, explora aprendizaje federado para entrenar modelos de IA entre distintas instituciones —por ejemplo, hospitales— sin extraer datos sensibles.

En esencia, TrustED somete a prueba qué podría significar en la práctica un entorno de identidad y datos centrado en el usuario y construido con privacidad por diseño.

Un ecosistema denso, pero complementario

TrustED es uno de varios pilotos europeos en materia de identidad digital. La Comisión financia múltiples consorcios probando casos de uso del monedero EUDI en viajes, educación, seguridad social y pagos.

En paralelo, iniciativas coordinadas por el DSSC y la DSBA están desarrollando espacios sectoriales en salud, manufactura, movilidad y agricultura, evaluando tecnologías de preservación de privacidad y conectores estandarizados que garanticen control de uso y soberanía.

Los elementos comunes son claros:

  • Un marco regulatorio —GDPR, eIDAS 2.0, Data Act, AI Act— que establece requisitos legales de identidad, privacidad, acceso y rendición de cuentas.
  • Una capa de identidad basada en monederos EUDI, credenciales verificables y, en proyectos como TrustED, principios SSI.
  • Una capa de intercambio de datos implementada mediante espacios de datos, nubes soberanas y protocolos estandarizados.
  • Una capa de privacidad con PETs como cifrado homomórfico, computación multipartita segura, privacidad diferencial y pruebas de conocimiento cero.

Sobre este stack, empresas emergentes y consolidadas desarrollan soluciones para verificación de identidad, gestión del consentimiento, control de acceso por atributos y prevención de fraude. Algunas se centran en sectores concretos; otras crean plataformas transversales para integrar monederos y conectores de data space en servicios existentes.

Oportunidades — y fricciones

Pese al avance, la implementación no está exenta de complejidad. Expertos legales y analistas señalan desafíos como la armonización entre transposiciones nacionales, la interoperabilidad entre monederos y espacios de datos, y el riesgo de que surjan nuevas formas de dependencia tecnológica.

Los espacios de datos requieren no solo tecnología sino gobernanza estructurada: decisiones sobre acceso, ejecución de políticas de uso, auditoría de cumplimiento y equidad para que PYMES y organizaciones civiles puedan participar.

A ello se suma la adopción ciudadana. El informe de KPMG señala que, aunque la preocupación por la privacidad es elevada, el conocimiento de soluciones técnicas y la confianza institucional varían entre países y grupos de edad. El éxito del EUDI Wallet y proyectos como TrustED dependerá no solo de robustez técnica, sino de claridad comunicativa, interfaces intuitivas y beneficios visibles.

La próxima prueba: de la arquitectura a la vida cotidiana

Con monederos desplegándose, espacios de datos consolidándose y pilotos avanzando, Europa entra en lo que podría considerarse la fase de “demostración” de su estrategia de confianza digital. Los cimientos —normas, referencias, modelos— ya existen. Falta comprobar si sostendrán interacciones reales sin añadir fricción ni temor.

Si la visión prospera, la ciudadanía europea podrá autenticarse en servicios públicos y privados desde un monedero confiable, compartir atributos de forma selectiva y beneficiarse de servicios de IA entrenados mediante datos distribuidos sin exposición masiva. Los pilotos de TrustED en Roma y posteriores serán una de las primeras validaciones reales de este futuro.

Por ahora, el horizonte europeo de confianza digital y soberanía del dato sigue en construcción —pero ya no es teoría: es código, despliegues y herramientas que ya están siendo probadas sobre el terreno.

AVISO LEGAL: La versión en español de esta noticia es una traducción de la versión original en inglés y se proporciona únicamente con fines informativos. En caso de discrepancia, prevalecerá la versión en inglés.

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